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Las cantoneras de Forjaluz de los manuales brillaban tenuemente en la cámara de la Orden del Alba de Plata. Pulcramente colocados en organizados estantes, un centenar de estos pequeños cuadernos de campo, forrados en resistente cuero negro y escritos con tinta negra y meticulosa caligrafía, esperaban ser repartidos entre los miembros de la noble Orden. En sus líneas se encontraban descritas las normas y preceptos que dirigirían la vida de aquellos que voluntariamente tomaran el tabardo de la organización que los uniría como una gran familia bendecida por la Luz.

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I – El Juramento

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El juramento de iniciación en la Orden conocido como "Juramento del Alba", se trata de una declaración de lealtad a los principios de la misma. Debe ser recitado en un lugar bajo el que la representación de la Luz Sagrada sea visible, ya sea mediante iconos o realizado en un recinto consagrado a la Fe. Postrado frente a sus futuros hermanos en señal de respeto, el iniciado repetirá las siguientes palabras:

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Ante vos, hermano, libre y consciente de mis actos, decido unirme a la Orden del Alba de Plata,

 jurando seguir sus principios, acatar sus leyes, ayudar a mis hermanos

y defender la hermandad y su honor en cualquier momento.

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Todos aquellos lacayos que quieran dar el paso y ser convertidos en hermanos deberán cumplir la prueba que les asigne su hermano tutor. Una vez completada, podrán ser convertidos en hermanos de pleno derecho de la Orden. El ritual se celebrará siempre en un lugar consagrado por la Luz.

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Tras presentar su prueba completada deberá pronunciarse el "Juramento de Plata" ante los ojos de la hermandad:


De hermano a hermano:

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Juro ante todos, vivir y morir con honor. Combatir la maldad y socorrer a mi prójimo. 

Fidelidad a la Orden y esfuerzo en perpetuarla. Protección a los niños y a los ancianos. 

Asistencia a los enfermos y necesitados. Socorro a los débiles. Honor en combate. 

Buscar más la verdad que la gloria y el honor que los honores.

Juro respetar y honrar las Tres Virtudes de la Luz sobre este lugar sagrado, mi arma, y mi honor.

 

 

II – Preceptos Básicos

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La Orden del Alba de Plata es una Orden de Caballería formada por miembros libres de cualquier raza de la Alianza, unidos en Hermandad y versada en las Tres Virtudes de la Luz.

Todos los hermanos son iguales en los derechos y deberes recogidos en estas normas. Ningún miembro de la Orden será coaccionado para pensar o actuar de forma ajena a su naturaleza, en cuanto que no trasgreda las normas y el espíritu de amistad de la hermandad.

 

II a - Lealtad

La Orden del Alba de Plata rinde pleitesía a la Sagrada Catedral de la Luz y a la Corona de Ventormenta encarnada en la figura del Rey Anduin Wrynn, así como a la Alianza y los señores de todos los pueblos que la representan.

 

II b - Las Tres Virtudes

El pilar de la Hermandad son las Tres Virtudes, ilustradas a continuación. Sobre ellas se rige el código de conducta de la Orden, y habrán de ser respetadas y practicadas sin obligar a ningún hermano a renunciar a su credo o fe.

 

Respeto: El Respeto es la Primera Virtud a enseñar a todos aquellos que se unen al camino de la Luz, no exenta por ello de ser de las más complicadas de alcanzar en plenitud. El nuestro es el camino del guerrero de la Luz, y es fácil encontrar ante nosotros numerosos enemigos a los que podríamos despreciar por su origen o actos. Ssin embargo, nuestros oponentes son tan dignos como nuestros hermanos del mayor respeto. El respeto nos otorga una conexión con nuestros enemigos, sea cual sea el campo de batalla, con sus intereses y su sufrimiento. El respeto nos proporciona entendimiento. Respetar a quien se aprecia es una tarea sencilla. El verdadero reto se encuentra en tender la mano y extender la Virtud más allá de quien amamos.

Extracto de los versos del libro de Alonsus Faol:

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Principio del Respeto: Cada cosa posee su propia conexión con el mundo.

Lección del Respeto: No dañes aquello que valorarías si fuese tuyo.

 

Tenacidad: Resistencia y perpetuidad. No cabe duda de que los nuestros son tiempos oscuros y difíciles. Los inocentes sufren a nuestro alrededor, en un mundo consumido por la guerra y el odio, y buenos hombres y mujeres caen a diario para protegerles y asegurar un mañana mejor. Muchos hemos experimentado el sabor de la traición o el desánimo. La tenacidad nos enseña a no rendirnos y prevalecer con firmeza ante ellos. Frente a las adversidades debemos continuar sinceros al motivo de nuestra lucha. La Tenacidad es inherente a la condición de todo aquél que toma las armas para defender a los que ama, y pese a la dureza de la lluvia, sigue en pie. No obstante, no debemos confundir la tenacidad con la insensatez o la bravuconería desmedida. La lección no es que el hombre no debe temer, sino que debe ser capaz de sobreponerse a sus miedos, de tomar las decisiones acertadas y de prevalecer.

 Extracto de los versos del libro de Alonsus Faol:

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Principio de la Tenacidad: El mundo es demasiado grande para reconstruirlo en un día.

Lección de la Tenacidad: La perseverancia genera fuerza.

 

Compasión: La última pero no menos importante de las tres Virtudes. Es sencillo ver rivalidades y diferencias, experimentar el odio y el desprecio, pero el verdadero desafío se encuentra en observar más allá de las apariencias y comprender las similitudes que nos acercan. A través de ésta visión, podemos sentir la compasión por las pérdidas de aquellos que nos rodean, incluso cuando batallan bajo diferente estandarte. Sintiendo y comprendiendo por amigos y enemigos del mismo modo, se reafirma nuestra conexión con el mundo. 

Extracto de los versos del libro de Alonsus Faol:

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Principio de la Compasión: Es más productivo iluminar la vida ajena que la propia.

Lección de la Compasión: Proporciona ayuda libremente, pero no menosprecies al que la recibe.

 

Actuar con estos tres principios nos ayudará a hacer de este mundo un lugar del que enorgullecernos. Un mundo de honor y justicia. Bendita sea la Luz por concedernos la posibilidad de crearlo.

 

II c - Objetivos 

El objetivo principal de la Orden del Alba de Plata es destruir a todos aquellos enemigos de la Luz y la Justicia. Sus armas más poderosas son el honor, la hermandad y la fe en la Luz. La batalla que libra la Orden, la libra para lograr conseguir una Paz duradera y firme. Es por ello que abarca más fines centrados en luchar en pos del pueblo y de su protección en todo momento, tanto de forma militar como humanitaria.

 

II d - Actividades 

Las actividades de la Orden son diversas y comprenden desde la lucha activa contra las fuerzas de la Plaga a las ayudas humanitarias a colectivos desfavorecidos. En este amplio espectro, la Orden combate del mismo modo a cualquier fuerza que amenace al pueblo, ya sean los viles demonios de la Legión Ardiente o los pérfidos cultores Crepusculares.

 

II e - Contexto Histórico 

La Orden del Alba de Plata, fue fundada en el año 26 después de la apertura del portal, poco después de la aparición de la necrópolis de Naxxramas sobre Stratholme, fruto de la unión de la Guardia del Alba con la Orden del Sol Plateado,

ambas órdenes guerreras devotas de la Luz. Desde su fundación lleva protegiendo la Paz y la Justicia, así como participando en una cruzada contra las huestes de la Plaga y en defensa de los pueblos bajo el constante ataque de los soldados de la Horda.

Con la caída del Rey Exánime, los Caballeros del Alba de Plata se dedicaron a evitar la aparición de una segunda Plaga, combatiendo contra todos los focos activos y remanentes que quedan del terror que trajo Arthas y sus subordinados, así como la recuperación del antiguo Reino de Lordaeron, preso bajo el infame yugo de la Plaga, hasta que la Catedral de la Luz consideró oportuno, con la firma del Edicto de Lontananza, que disolvió la Orden. Con el retorno e invasión de la Legión Ardiente, el Obispo DeLavey tras la desaparición de Lontananza anuló el Edicto y la Orden retomó sus labores.

 

III- Rangos

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A fin de organizar las responsabilidades en caso administrativo y militar de la Orden, se han tomado una serie de rangos que organiza a los hermanos según las mismas:

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Alto Señor: Quien vela por todos y tiene la pesada carga de tomar las decisiones acertadas.


Señores Cruzados: Elegidos por el Alto Señor, se hacen cargo de una tarea concreta del funcionamiento de la Hermandad, y dirigen las tareas de los hermanos. Actúan como consejo de la Orden.


Hermanos: Hermanos de la Orden, iguales en deberes y derechos. La verdadera fuerza de la Orden del Alba de Plata.


Lacayos: Aquellos que se encuentran a prueba, antes de convertirse en hermanos de pleno derecho.

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III a – Cargos Honoríficos

Existen cargos honoríficos que pueden ser concedidos por méritos propios conseguidos en el Alba de Plata, por la entrega o valor de los miembros a la hora de defender los ideales de la hermandad. Estos cargos se otorgaran mediante ceremonia oficial y se darán a conocer en el momento en que sean concedidos.

 

IV – Aceptación de nuevos miembros

 

Cualquier miembro de cualquiera de las razas que conforman la Alianza que no emplee el uso de energías contrarias a la Luz Sagrada puede solicitar su ingreso en la Hermandad, comprometiéndose a seguir los principios de esta y siendo aceptado como lacayo de la Orden tras realizar el Juramento del Alba.

 

V – Abandono de la Hermandad

 

Cualquier miembro de la Hermandad tiene el derecho de abandonar esta libremente, sin que por ello sufra represalias de ningún tipo. Un hermano que desee abandonar la hermandad tiene el deber de notificar previamente su decisión ante un Señor Cruzado a su elección.

El rencor no es un emblema del Alba de Plata, y todos los hermanos que marchen sin haber faltado a sus deberes, tendrán la puerta abierta para su posible regreso.

No obstante, si la actitud reiterada de deshonor, o falta a los principios de la Orden por voluntad propia, se convierten en un hecho no puntual durante la estancia bajo el Estandarte de la Orden, se invitará al miembro de la hermandad al abandono de la misma.

 

VI – Organización del Alba de Plata

 

Bajo la dirección del Alto Señor de la Orden, quien tiene la máxima autoridad con poder de decisión sobre cualquier campo, se encuentran:

 

Los Señores Cruzados 

Los Señores Cruzados tienen el deber de trabajar por el bien de los hermanos, así como el derecho de poder tomar cualquier decisión que estimen oportuna para la realización de tal labor, respondiendo ante el Alto Señor. Para la realización de sus labores disponen del poder pedir a los hermanos la realización de trabajos específicos. En caso de necesidad y en ausencia del Alto Señor, los Señores Cruzados presentes serán los que tomen las decisiones referentes al Alba de Plata.

Todo Señor Cruzado tendrá un título y deberá ser respetado como tal. Dicho reconocimiento le da la potestad para tomar decisiones en ausencia del Alto señor.

A su vez, los Señores Cruzados tienen la responsabilidad de servir como consejeros y velar por los intereses y tradiciones de la Orden, con la ayuda de la Luz y del Alto Señor.

 

Los Hermanos

La espina dorsal de la Orden. Todos los hermanos tienen los mismos derechos y obligaciones. Pueden pedir ayuda a cualquier Señor Cruzado que estimen oportuno, así como el deber de ayudarles en las peticiones que puedan formular. Mientras un miembro no se encuentre bajo el mando directo de un cargo superior puede dedicarse a sus tareas cotidianas como estime oportuno, sin que le aten más deberes que los realizados en el Juramento del Alba. Entre sus labores, se encuentra la de actuar como tutor de un lacayo que instruirá para lograr convertirse en hermano.

 

Los Lacayos

Los lacayos se encuentran en período de prueba en la Orden. Durante este tiempo, se probarán sus aptitudes en diversos campos, y serán educados en la Justa Medida y las Tres Virtudes para dictaminar si pueden convertirse en hermanos de pleno derecho.

Para lograr realizar el ritual de hermanación, deberán obtener el beneplácito unánime del Consejo y someterse a una prueba personal que deberán completar con éxito antes de recibir los colores de la hermandad. Entonces, serán ungidos con las bendiciones de la Luz y podrán ser considerados hermanos de pleno derecho. 

En caso de no reunir las cualidades que se buscan para un hermano de la Orden, deberán abandonarla.

 

VII – Adjuntos

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La Orden del Alba de Plata es una hermandad flexible, abierta a cambios y en la que la voz de cualquier miembro es escuchada. Esta sección recoge las propuestas, acuerdos y adjuntos a las normas que se han ido realizando por diferentes causas y que la modifican de alguna forma.

 

VII a – Reclutamiento

El procedimiento para ser reclutado por el Alba de Plata pasa por una presentación en el tablón de la hermandad, o mediante una misiva a los Señores Cruzados o al Alto Señor para posteriormente realizar una entrevista personal con el oficial pertinente. La entrevista valorará su devoción a la Luz y/o su nobleza de espíritu, altruismo y justicia.

 

VII b – El Tabardo

El tabardo es de uso obligatorio para todos los miembros de la Orden. Sin embargo hay situaciones en las que no es necesario llevarlo (a consultar con el Señores Cruzados o el Alto Señor). Aun así el carecer del Tabardo no significa no pertenecer a la Hermandad.

Cualquiera de los miembros debe comportarse y seguir los preceptos del Alba de Plata lleve o no el tabardo sobre él.

 

VII c – Lema de la Hermandad

¡Resplandezca el Alba!

 

VII d – Colores y Escudo de Armas

 El escudo de armas de la Ordenç es un Sol Dorado amaneciendo sobre un campo blanco, representando la victoria de la Luz sobre las sombras. Este nació durante la refundación de la Orden, cuando de un estandarte de la Catedral de Ventormenta quemado por la invasión demoníaca se fabricaron los tabardos y enviaron a los hermanos.

 

VII e – Sede y Base de Operaciones

La Sede y Base de Operaciones del Alba, se encuentra en la Abadía de Villanorte, en el Reino de Ventormenta. No obstante, su área de operaciones puede variarse temporalmente a otros lugares, en cuyo caso, el centro de reuniones, se indicará adecuadamente.

 

VII f – Títulos Nobiliarios

Pertenecer a la Orden requiere de una dedicación que rara vez es compatible con los compromisos nobiliarios. Es por ello, que para ingresar en la Orden, debe delegarse la posesión de tierras, responsabilidades y requerimientos de  la Corte en  favor de alguien apropiado. No existen diferencias estamentales entre los miembros de la Orden, por lo que su origen y raza será totalmente respetado.

 

VII g –Otras consideraciones

Dedico estas líneas a recordar y honrar la memoria de Liessel, Dylviet, Angeliss, Auradorada, Soidomer, Alnih Nightlight, Marius Crowley, Artemorius Quintodia y Kirandra Riverson que desgraciadamente nos abandonaron.

Descansad en Paz, amigos. Todo nuestro cariño está con vosotros.

Estas líneas también agradecen el trabajo de todos aquellos que de un modo u otro han contribuido a la redacción de este documento, colaborando en el trabajo de la Orden. A todos vosotros, de corazón, gracias.

 

Sir Tristan de la Tour, Octavo Mes del Trigesimosegundo año tras la apertura del Portal Oscuro.

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